He llegado a tu nombre,
a interpretar tus letras,
cada una de las íntimas notas de tus letras
y sin embargo el nombre
que sale del sonido
tan audaz y latente,
tan ténue y escondido
me ha negado el camino de llegar
a entenderte,
de poder comprenderte
hasta el máximo punto.
He llegado a tu vida
un día como muchos.
Sin saber dónde y cuándo he llegado a tu vida
y es que no quiero irme
y es que te pertenezco...
Cada parte de mi alma
me pide una tras otra las audaces
historias,
los momentos vividos
para justificarlos.
He llegado a tu noche
a tu indudable noche
y como así tu noche he llegado a tu día.
Sin saber cuál prefiero
me he quedado con ambas.
Si pudiera expresarte
lo que has significado con mejores palabras,
con besos y sonrisas,
con canciones perdidas...
Si pudiera cantarlas.
He llegado hasta el borde,
una vez más al borde.
Y otra vez nuevamente me he vuelto del camino
para amarte por siempre
sin saber si estás lejos, si cerca o si conmigo
pero siempre avanzando,
pero siempre queriendo
sin musas ni testigos,
amor sin condiciones
he llegado a entregarte.
Y hoy en este destino
entrelazando lunas y brillos de salones
derramaré mis álamos, mis nubes y mis flores
para decirte siempre
que he llegado a tu risa,
que he llegado a tu vida,
que he llegado a tu nombre.
Federica
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